Jordi Savall es una de las personalidades musicales más polivalentes de su generación. Lleva más de cuarenta años difundiendo por el mundo maravillas musicales abandonadas en la oscuridad de la indiferencia y el olvido. Dedicado a la investigación de esas músicas antiguas, las lee y las interpreta con su viola de gamba o como director. Sus actividades como concertista, pedagogo, investigador y creador de nuevos proyectos, tanto musicales como culturales, lo sitúan entre los principales artífices de la revalorización de la música histórica. Es fundador, junto con Montserrat Figueras, de los grupos musicales Hespèrion XXI (1974), La Capella Reial de Catalunya (1987) y Le Concert des Nations (1989) con los que explora y crea un universo de emociones y belleza que proyecta luego al mundo y a millones de amantes de la música antigua. Según The Guardian (2011), «lo que de verdad lo distingue son sus incursiones más allá del templo de la alta cultura. Trovador omnívoro, el interés por rescatar tradiciones musicales lo lleva desde las bibliotecas de Manchester hasta las aldeas colombianas, con grabaciones que van desde los ritmos bereberes hasta los éxtasis de un raga, desde la serena emoción de un lamento armenio hasta la vivacidad de una gallarda isabelina».
Con una participación fundamental en la película de Alain Corneau Tous les matins du monde(César a la mejor banda sonora), una intensa actividad concertística (140 conciertos al año) y discográfica (6 grabaciones anuales) y con la creación de su propio sello ALIA VOX fundado conjuntamente con Montserrat Figueras en 1998, Jordi Savall demuestra que la música antigua no tiene que ser necesariamente elitista y que interesa a un público de todas las edades cada vez más diverso y más numeroso. Cabe definir esa ingente labor de conciertos y grabaciones como, en palabras del crítico Allan Kozinn en The New York Times (2005), una cuestión «no sólo de recuperación musical, sino más bien de reanimación creativa».
Una vez completada la carrera de violonchelo en el Conservatorio de Barcelona (1964), Jordi Savall inició en 1965 de forma autodidacta el estudio de la viola de gamba y la música antigua en el grupo Ars Musicae; a partir de 1968, perfeccionó sus estudios musicales en la Schola Cantorum Basilensis (Suiza), donde colaboró hasta 1993 dando cursos y clases magistrales, igual que hace en la actualidad como profesor invitado en la Juilliard School de Nueva York. A lo largo de su carrera ha grabado y editado más de 200 discos de los repertorios de la música medieval, renacentista, barroca y el clasicismo, con especial atención al patrimonio musical hispano y mediterráneo. Esa producción ha sido merecedora de numerosos galardones; entre ellos, los premios Midem Classical, ICMA y Grammy.
Para Jordi Savall, «la música es uno de los medios de expresión y comunicación más universales, y la medida de su importancia y significado no se puede determinar según criterios de evolución del lenguaje, sino según el grado de intensidad expresiva, riqueza interior y humanidad». Sus programas de concierto han convertido la música en un instrumento de mediación en favor del entendimiento y la paz entre pueblos y culturas diferentes y a veces enfrentados, razón por la cual entre los artistas invitados de sus formaciones hay músicos árabes, israelíes, turcos, griegos, armenios, afganos, mexicanos y estadounidenses. No en balde fue designado en el 2008 «Embajador de la Unión Europea para el diálogo intercultural»; además, tanto él como y Montserrat Figueras fueron nombrados en el 2009 «Artistas por la Paz» dentro del programa «Embajadores de buena voluntad» de la UNESCO.
Su trayectoria artística ha sido considerada uno de los motores del renacimiento de la música antigua de Europa, el Nuevo Mundo y el Mediterráneo, además de un referente de primer orden en el estudio, la interpretación, la dirección y la difusión de diversas tradiciones musicales en un valioso diálogo intercultural que ha traspasado todas las fronteras. Su fecunda carrera musical ha merecido las más altas distinciones nacionales e internacionales; entre ellas, cabe destacar el título de doctor honoris causa por las universidades de Évora (Portugal), Barcelona, Lovaina (Bélgica) y Basilea (Suiza), la insignia de “Chevalier dans l’Ordre national de la Légion d’Honneur” de la República francesa, el “Praetorius Musikpreis Niedersachsen” del Ministerio de Cultura y Ciencia de la Baja Sajonia, la medalla de Oro de la Generalitat de Catalunya y el prestigioso premio Léonie Sonning, considerado el premio Nobel de la música. «Jordi Savall pone de manifiesto una herencia cultural común infinitamente diversa. Es un hombre para nuestro tiempo» (The Guardian, 2011).